Fragmento del relato: Cuando el anhelo suelta sus azares
Por Juan Colón
Al verla algo me sacudió, esa voz enigmática,
abundante en colores había habitado en mis noches, esos ojos desposorio de
lluvia parecían salidos del relicario de un poema.
Sabía que estaba frente al
ser que mi consciente o mi subconsciente había buscado toda mi vida y esa
sensación produjo en mí un estremecimiento tal, que hube de respirar profundo
para no delatar la impresión que esa mujer hecha de encantos produjo en mí.
Su
ropaje transparente se diría una jonia cuyo modelado anatómico de trazado
geométrico recuerda lo que hay de poesía en la escultura griega. Ay, sus
hombros borrachos de esas auroras que se niegan a amanecer.
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