Pueblo Dominicano.
Compañeras y Compañeros.
Muy buenas noches.
Comparezco hoy ante el país, para reafirmar mi
sagrado compromiso, y el de nuestro partido, con el bienestar, la prosperidad y
los mejores intereses nacionales.
Me dirijo a ustedes con el propósito de informar a los
dominicanos y a la familia perredeísta, sobre una decisión estratégica de gran
trascendencia histórica, que va a definir el porvenir de la República
Dominicana: El presidente Danilo Medina me propuso, y por mi intermedio, al
Partido Revolucionario Dominicano, un Acuerdo político para un Gobierno
Compartido de Unidad Nacional.
Hace algunos meses el PRD presentó mi Candidatura
Presidencial. Desde entonces hemos recorrido el país, para llevar a cada rincón
un mensaje que todo perredeísta quiere escuchar: que el PRD llegue al Poder,
para resolver los grandes problemas que afectan a nuestra gente.
Poco después, invitamos al pueblo dominicano a que nos
hiciera saber sus necesidades, sus inquietudes, sus propuestas. Los dominicanos
aceptaron con entusiasmo, y nos hablaron a través del movimiento social
#Dímelo.
Fueron miles los que nos expresaron, básicamente, dos
cosas: Una, que en nuestro país aún persiste la exclusión. Y la otra, que para
lograr la inclusión, los dominicanos necesitamos una gran unidad.
Con el oído puesto en el corazón de nuestro pueblo, y con
toda responsabilidad, llegamos a la conclusión de que en este momento es más
viable alcanzar esa gran unidad, en torno a la figura del actual presidente de
la República, Licenciado Danilo Medina.
Con el propósito de impulsar esa idea de unidad,
en octubre del 2012, mucho antes de que el Presidente Medina nos planteara este
Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional, ya habíamos propuesto la creación
de un frente electoral opositor, que denominamos Bloque de la Esperanza José
Francisco Peña Gómez, basado en una agenda común para hacer realidad un modelo
de desarrollo incluyente.
Aquella propuesta fue bien acogida por algunos
sectores políticos, y, lamentablemente, vista con desdén y desprecio por otros
opositores, actores también del proceso electoral.
Esos actores fueron, precisamente, aquellos que
en 1996 se unieron a nuestros contrarios, con el perverso argumento de que José
Francisco Peña Gómez, amenazaba las raíces de nuestra nacionalidad.
Son los mismos individuos que en el 2008
atentaron contra mi candidatura presidencial, e impidieron el triunfo de
nuestro partido.
Los mismos que en el 2010 fueron los
responsables de que el PRD no lograra ni un solo Senador, a pesar de haber sido
el partido más votado.
Los mismos que en el año 2011 trastornaron la
voluntad de los perredeistas en la Convención Interna, con la malsana
intromisión de militantes de otros partidos, evitando así que el PRD alcanzara
el poder en el 2012.
Los mismos que, luego de las elecciones del
2012, asaltaron y destruyeron nuestra Casa Nacional, e intentaron, sin éxito,
destruir al PRD.
Y son los mismos, que en este 2015, rechazaron
toda posibilidad de concertación con el PRD para unificar a la oposición.
El objetivo fundamental del PRD, desde su
nacimiento, ha sido siempre promover las reformas indispensables que
necesitamos para mejorar nuestra calidad de vida.
Es por eso que en esta oportunidad, ante la
dispersión de las fuerzas opositoras, y a sabiendas de que en el escenario
electoral de hoy se hacía muy difícil una victoria para lograr ese proyecto de
nación que anhelamos, con toda responsabilidad, como dominicano que soy, y como
perredeísta, decidí posponer, por ahora, mis aspiraciones, en aras de hacer
realidad la agenda nacional que presentamos al país.
En el 2013 acudimos al Palacio Nacional para
llevar al Presidente de la República catorce propuestas, relacionadas todas con
la solución de los grandes problemas nacionales, y también para poner a su
disposición nuestra colaboración.
Ante esta realidad, estimamos conveniente que el país
recuerde que el doctor Peña Gómez fue un
abanderado de la concertación, y que a ella entregó sus mayores esfuerzos. Que
llegó, incluso, a sacrificar la Presidencia de la República, ganada en los
comicios generales de 1994, para evitar los tormentos que le causaría a la
sociedad dominicana un enfrentamiento con la fuerza gobernante de entonces.
Recordemos que veinte años antes, en 1974, había
propuesto ya el Acuerdo de Santiago, bajo el esquema de la integración de todas
las fuerzas opositoras, más allá de las diferencias ideológicas, desde la
izquierda revolucionaria, encarnada en el MPD, hasta las fuerzas más
conservadoras de aquella época, representadas por su líder militar, el General
Elías Wessin y Wessin, quien fue el candidato vicepresidencial de Don Antonio
Guzmán Fernández.
Posteriormente, concitó otra gran alianza
electoral, que llevó a nuestro partido al poder en el año de 1978, cuando
derrotó dramáticamente la candidatura presidencial del Dr. Joaquín Balaguer,
que lucía invencible.
Peña Gómez dio otra demostración de desprendimiento y espíritu de
concertación, cuando en 1990 ofreció el decidido respaldo del PRD a su maestro,
a Juan Bosch y al Partido de la Liberación Dominicana.
En los comicios sucesivos de 1994 y 1996, el
líder de nuestro partido volvió a dar ejemplo de desprendimiento y
concertación, cuando conformó el Acuerdo de Santo Domingo, que reunió partidos,
movimientos y voluntades, en torno a una propuesta concreta de gobierno
compartido, llevando como candidato Vicepresidencial al destacado dirigente
reformista, Licenciado Fernando Álvarez Bogaert. Ese acuerdo recibió el
respaldo mayoritario del pueblo dominicano.
Como hemos visto, a lo largo de toda su
historia, el PRD se ha caracterizado por su espíritu de concertación, inspirado
siempre en los mejores intereses nacionales.
Conviene recordar que acuerdos similares han
sido muy exitosos en varias naciones de
nuestra América Latina, y también de Europa, cuyas organizaciones políticas
fundamentales, en algún momento antagónicas, decidieron establecer una agenda
común para enfrentar y solucionar juntos las grandes dificultades de sus
respectivos países.
Compañeras y Compañeros.
Desde que asumí el liderazgo del Partido
Revolucionario Dominicano, he procurado hacer realidad la visión de Estado que
encarna el ideario peñagomista, cuyo principio de unidad nacional se manifiesta
claramente en la tesis de gobierno compartido, plasmada en sus discursos y en
sus proyectos de gobierno.
Esas enseñanzas de nuestro líder nos guían en
este momento histórico, en el que hemos aceptado la propuesta del Presidente
Danilo Medina, para participar aliados en un Gobierno Compartido de Unidad
Nacional.
El acuerdo se fundamenta en un proyecto de nación que exige el compromiso
del PLD, el PRD, del Presidente Medina, y del mío propio, para impulsar los
cambios que ha venido proponiendo nuestro partido, y que son un clamor
nacional.
Los cambios a los que se refiere este acuerdo apuntan, por una parte, a
la transformacion y modernización del Estado, y por la otra, a la aplicación de
politicas públicas para promover la inclusión social de todos los dominicanos.
En cuanto a la modernización del
Estado, nos comprometemos a concertar
medidas que son impostergables para nuestra nación.
Me refiero a la aprobación de la ley de partidos
políticos, y a la reforma de la ley electoral, fundamentales ambas para
revestir de garantías nuestra democracia.
Un pacto por la seguridad ciudadana, para la
tranquilidad y el sosiego de la familia dominicana.
Un pacto fiscal integral, que estimule la
competitividad económica.
Un pacto eléctrico, que garantice el suministro
confiable de energía para todos los dominicanos, y que elimine el insostenible
déficit energético, que tanto daño hace a nuestra economía.
En lo concerniente a la inclusión social, hemos presentado las
siguientes doce propuestas:
UNO. Aplicar políticas públicas para alcanzar un aumento anual efectivo
de empleos formales y de calidad en el sector privado.
DOS. Establecer una escala por ley para incrementar significativamente
el porcentaje del Producto Interno Bruto a ser aplicado al presupuesto del
sector salud.
TRES. Asignar un porcentaje adecuado del presupuesto de educación a la
capacitación de los maestros y demás servidores del sistema educativo, para
mejorar la calidad de la enseñanza.
CUATRO. Aplicar políticas efectivas para aumentar el número de
viviendas, en beneficio de la clase media y de los sectores más pobres en todo
el territorio nacional, y reducir así el deficit habitacional, contemplando las
siguientes medidas:
Construir 5,000 viviendas y soluciones habitacionales en el Distrito
Nacional y en la provincia de Santo Domingo; construir 3,000 viviendas en la
provincia de Santiago; y construir de 400 a 800 viviendas en cada una de las
otras 29 provincias, conforme a su población.
Adicionalmente, impulsaremos la creación de un fondo social para la
construcción de viviendas de bajo costo, al igual que un programa masivo de
titulación de propiedades.
Con estas medidas serán beneficiadas miles de familias en todo el país.
CINCO. Hacer las gestiones necesarias para asegurar el suministro
nacional de electricidad, tomando en cuenta el desarrollo de energías
alternativas.
SEIS. Aplicar políticas que modernicen el transporte público, y dar los
pasos necesarios para construir un ferrocarril de pasajeros y carga, desde el
Puerto de Haina hasta Puerto Plata, pasando por las principales ciudades. Una
obra susceptible de ser concesionada sin ningún costo para el Estado
dominicano.
SIETE. Dinamizar el campo dominicano, ampliando
el financiamiento para los proyectos
agropecuarios, y la ejecución de políticas eficaces de extensión y distribución
de semillas mejoradas.
OCHO. Ampliar a todo el territorio nacional la cobertura del programa de
emergencias 9.1.1.
NUEVE. Aplicar una adecuada política de desarrollo turístico, para
alcanzar la meta de 10 millones de turistas cada año, mediante el
fortalecimiento de los polos turísticos existentes, y el desarrollo de nuevos
destinos ecológicamente sustentables, tales como Bahía de las Águilas, Los
Corbanitos, la zona de Bayahibe hasta Palmilla y la provincia de Montecristi.
DIEZ. Fortalecer las leyes y los mecanismos que garanticen total
transparencia en el gasto público, para eliminar la corrupción en todas sus manifestaciones, y
garantizar la seguridad jurídica en el país.
ONCE. Promover la alianza pública privada para
el desarrollo de grandes proyectos que beneficien al país, utilizando la
fortaleza y voluntad del estado, junto con las capacidades técnicas y
económicas del sector privado.
DOCE. Exigir el debido respeto a la soberanía
nacional, poniendo en primer lugar la dignidad y la defensa de nuestro país, y
ejecutar un amplio programa económico y social de seguridad y desarrollo
fronterizo.
Con la aplicación de estas propuestas,
sentaremos las bases para hacer de nuestro país una sociedad más justa e
incluyente, compuesta por ciudadanos independientes del estado, ciudadanos
propietarios y empoderados de sus bienes, y de sus derechos individuales.
Atención especial nos merecen los temas
relativos a la familia, a la mujer y a la niñez. Tenemos la obligación de
fomentar una cultura de respeto a la seguridad, integridad física, y dignidad
de nuestras mujeres.
Lo más provechoso para el presente y el futuro
de la nación, y del Partido Revolucionario Dominicano, es promover el gobierno
compartido de unidad nacional que hoy nos proponemos.
Todos sabemos que nuestra aspiración era que ese Gobierno Compartido de
Unidad Nacional fuera encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano. Ante
todo, por el compromiso histórico de nuestro partido de producir los cambios
para satisfacer las grandes necesidades de nuestro pueblo, y también para
honrar la memoria de nuestro líder, que soñó con la transformación de la
sociedad dominicana.
La posposición de mis aspiraciones presidenciales se corresponde con los
principios que fundamentaron aquella propuesta de apoyo de Peña Gómez al
profesor Bosch en el año de 1990, y constituye otra muestra de que, cuando la
necesidad histórica así lo demanda, ponemos los intereses del pueblo dominicano
por encima de cualquier interés particular o apetencia personal, por muy
atractiva que sea.
En la vida hay momentos cruciales en los cuales los seres
humanos nos jugamos nuestro destino. Este es uno de esos momentos para nuestro
partido, y también para mí. Estoy seguro de que estamos haciendo lo que tenemos
que hacer, lo que debemos hacer, en beneficio del porvenir luminoso de todos
los dominicanos.
Este acuerdo también ofrece la oportunidad de que
nuestros compañeros perredeistas pongan al servicio del país su vocación de
trabajo en el ejercicio de sus próximas responsabilidades en lo congresual, lo
municipal y lo gubernamental.
La implementación de este Acuerdo de Gobierno Compartido
de Unidad Nacional, se hará de manera pública y con total transparencia, como
ha sido siempre nuestro proceder.
Pueblo Dominicano, hoy afirmo que este acuerdo abre la puerta hacia el futuro
para construir la República Dominicana segura, soberana,
próspera e incluyente que todos queremos
ver.
Convoco a cada uno de mis compañeras y compañeros, y a
todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad, a asumir con pasión la
gran oportunidad que tenemos por delante, y a promover con entusiasmo este
Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional.
Anuncio que desde este momento me pongo al frente, y
asumo la dirección de la campaña electoral del PRD.
Voy a recorrer el país para apoyar a nuestra alianza y
también a todas las candidaturas del PRD en todos los niveles.
¡Que viva la República
Dominicana!
¡Que viva el Partido Revolucionario Dominicano!
¡Que viva la memoria histórica del Dr. José
Francisco Peña Gómez!
¡Que Dios bendiga a nuestro pueblo!
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