¡DAD A DIOS LO DE DIOS Y AL CESAR LO DE CESAR!

LA HISTORIA A MI MODO/ Primera Parte. Por Alcibíades Rincón


¡Dad A Dios lo de Dios y al Cesar lo de Cesar! Así respondió Jesús a los fariseos quienes se reunieron para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones.


Cristo, aprovecha esta oportunidad para hacer notar su pensamiento acerca de la autoridad política y la legalidad del tributo al César.



En la política también se debería asumir un dicho parecido, de que hay que darle el merito a quien en realidad lo tiene y no a quien o quienes te quieren vender la adquisición de un “purito” que no se han ganado.



Una vez en un Distrito Municipal de Roma, el Alcalde convoco a una reunión evaluativa, donde muchos por el beneficio de los denarios que percibían se declaraban ser “seguidor hasta la muerte del gran Cesar”, sin embargo como dijera uno de sus seguidores en una ocasión, cito: ¿Si el Cesar no estuviera en el poder… cuantos de ustedes estuvieran aquí?



Otros haciendo alarde de un nombre, o de una posición en Junta Romana, entendieron que podían influenciar y hasta lo hicieron, al punto de hacer al Cesar cometer algunos errores o tomar dediciones que no contribuyeron al fortalecimiento del liderazgo de “Cesar”



A pesar de que en otros lugares tenia buena imagen, el 60 % de la capital de ese Distrito, había percibido erradamente la existencia de una impopularidad mediática la cual no había sido provocada “por el Cesar”, si no por algunos alcahuetes que tampoco fueron capaces de hacer las recomendaciones que pudieran contribuir a solucionar problemas, aportar para el fortalecimiento institucional del partido y sobretodo reconocer el merito que quienes aportan las mejores ideas para lograr los éxitos y conquistas. 

El Gran Cesar era de buen corazón, Humilde, Honrado y dentro de su meta estuvo realizar la mejor gestión en favor de sus munícipes, mas cuando a pesar del poder, sacaba un día a la semana para su vida espiritual, solo que algunos no le ayudaban.



Aprendamos a darle el merito a quien se lo gana, aun a su espalda, no solo por el asunto de los impuestos Jesús nos enseñó, a Darle a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo de Cesar.
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POR ENFOQUE SANTO DOMINGO

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